Cripto necesita interactuar con el mundo
No es un eufemismo que actualmente nuestro sistema financiero global es estructuralmente defectuoso e insostenible. Este es principalmente el resultado de cómo enfocamos el dinero y la banca: la estructura monetaria altamente centralizada de deuda bancaria, la forma en que el dinero se emite y distribuye inevitablemente y la asombrosa brecha entre los flujos financieros y ecológicos plantean preguntas importantes sobre el status quo. Sin embargo, ¿qué alternativas tangibles existen para reinventar este sistema?
Más de una década después de su inicio, la criptomoneda sigue siendo la herramienta más prometedora disponible para reiniciar el sistema financiero. Bitcoin y el espacio más amplio de las criptomonedas han revitalizado la economía política, nos han impulsado a repensar la organización de las personas, las instituciones y los contratos sociales que permiten que existan los mercados.
La criptomoneda sigue siendo en gran medida un experimento, una comunidad global que pregunta cómo reinventamos la gobernanza, las finanzas y la economía, pero que tiende hacia una sociedad más sostenible. Esta capacidad de experimentación es importante. Pero, ¿cómo pasamos de un retoque socioeconómico a una infraestructura responsable y de carga en todo el mundo?
Aunque 2020 fue un año emblemático para la industria blockchain, todavía se encuentra en una fase de adopción temprana. Para avanzar, las tecnologías de contabilidad distribuida (TCD) deben integrarse en las comunidades locales donde ofrecen beneficios tangibles a los ciudadanos. Necesitamos mirar más allá del casino como experimentos de finanzas descentralizadas (DeFi) que actualmente solo ofrecen especulaciones y esquemas de “hacerse rico rápidamente”. La industria necesita comprometerse con las instituciones sociales y políticas existentes en lugar de jugar de boquilla con los poseedores de bolsas.
Un mayor enfoque en cómo TDC puede beneficiar a los ciudadanos a nivel local será clave para el éxito de un sistema financiero saludable y renovado a largo plazo. La solidez y la sostenibilidad están fuertemente asociadas con el localismo, con una mayor autosuficiencia en las comunidades, cadenas de suministro más cortas y una toma de decisiones y una propiedad más democráticas.
Siempre ha habido servicios financieros localistas alternativos: sistemas de crédito mutuo y uniones de crédito, monedas complementarias, bancos de tiempo, círculos de préstamos y ayuda mutua. Pero históricamente han tenido problemas para escalar. Escalar un sistema financiero es una cuestión de aumentar la confianza en las comunidades. Las cadenas de bloques y las criptomonedas brindan la base más creíble hasta ahora para atacar este problema de formular y escalar nuevos sistemas monetarios.
En la actualidad, se están reconstruyendo vastas franjas del sistema financiero existente sobre una infraestructura más transparente y accesible. El acceso a oportunidades financieras como derivados o contratos ahora está disponible para grupos más allá de los conocedores de Wall Street. Ahora, cualquiera puede escribir y acceder a tales oportunidades en la cadena de bloques Ethereum. Sin embargo, al hacerlo, debemos asegurarnos de no repetir las fallas de nuestra infraestructura financiera existente.
Uno de los problemas centrales de nuestra economía durante las últimas décadas fue que se volvió hiperfinanciera. Eso significa que la creación de valor se abstraía por completo de la riqueza y la sostenibilidad del mundo real, mientras que los comerciantes ganaban dinero con productos financieros locos sin generar ningún valor real para la sociedad. Y a medida que las finanzas se comían el mundo, el valor se convirtió en sinónimo de dólares estadounidenses.
Esto debe cambiar a un nivel fundamental. Necesitamos construir tecnología que permita que las estructuras demuestren un bienestar económico real y mejoren la calidad de vida mediante la promoción de soluciones innovadoras que desafíen el pensamiento dominante sobre cuestiones económicas, ambientales y sociales.
En cuanto a las cadenas de bloques, el dinero es la mejor aplicación. Nuestro objetivo con esta revolución tecnológica debe ser desarrollar un régimen financiero internacional más sólido y sostenible que cierre la brecha entre el dinero local y el global y viceversa. Estamos en los primeros días de esta transformación.
Estamos forjando nuestro camino desde criptomonedas globales simples hasta de aplicación más específicas y locales. Los fundamentos de este sistema ya se están uniendo: Bitcoin es el depósito de valor definitivo del siglo XXI. Ethereum es una tecnología materialmente transformadora que ha desatado una experimentación invaluable en economía política. Cosmos hace que la tecnología transformadora de Ethereum sea más accesible a través de la soberanía interoperable, proporcionando la filosofía y las herramientas para construir, operar e interoperar más infraestructura financiera local.
El localismo es necesario para la escalabilidad tanto técnica como social. Habrá muchas, muchas cadenas de bloques y criptomonedas. Juntos formarán una “Internet de cadenas de bloques” con una topología dinámica. Las cadenas y monedas se crearán y destruirán, crecerán y encogerán, dividirán y fusionarán. Cada cadena o criptomoneda representa una comunidad y un conjunto de valores diferentes. Proporcionan un mecanismo para que las partes interesadas se coordinen a través de una máquina estatal explícita para escalar la confianza en sus comunidades y competir con los poderes centralizados y titulares.
Las monedas estables globales y las CBDC son un paso importante en la dirección correcta, pero también una distracción. Más importantes serán las monedas municipales y vecinales vinculadas directamente al sustento local y generadas por el crédito mutuo local que refleja el comercio real. Proyectos como Grassroots Economics son muy inspiradores en ese sentido, pero otros como Circles y Union Protocol también parecen estar en el camino correcto.
A medida que somos testigos de la última y emocionante proliferación de nuevas plataformas de blockchain, aplicaciones y un sentimiento alcista, no debemos perder de vista el objetivo final y seguir el camino hacia la construcción de un sistema financiero justo y sostenible para los ciudadanos de todo el mundo.